Llegue a mi departamento al atardecer, no sin antes darme un paseo por el mal que quedaba en la zona downtown a orillas de Newark. No era tonta, sabía que probablemente Chris iría a buscarme inmediatamente de que se percato que había huido como una idiota al no saber cómo reaccionar ante la situación. Tan rápido como llegue, abrí la puerta desbloqueando la alarma y puse el cerrojo de inmediato por costumbre. A medida de que iba caminando a mi habitación comencé a quitarme una por una las prendas de ropa que adornaban mi cuerpo hasta que llegue a la tina. Abrí el agua caliente y deje que de llenara casi hasta el tope. Dentro de la pequeña bolsita de papel que había adquirido esa misma tarde cuando hice mis compras, rebusque un pequeño botecito azulado con sales de baño y las esparcí en el agua caliente. Inmediatamente el lugar comenzó a perfumarse a vainilla francesa. Ate mi cabello con una pinza formando un chongo y metí mis pierdas para templar el agua. Estaba perfecta, caliente como me gustaba. Introduje mi torso, deslizándome por la espalda en la tibia loseta hasta que el agua me llegara al mentón. Deje escapar un suspiro y mi mente comenzó a dar vueltas y vueltas. Lo único que podía pensar en ese momento era Chris. Chris. Chris. ¿En realidad estaba lista para compartir una vida entera con el? Caía en la cuenta de que ni su reacción ni la mía habían sido apropiadas ni maduras en ese instante. Habíamos actuado por mera intuición y eso no hablaba bien de los porque denotaba nuestra falta de conciencia y madurez. Tal vez era yo la que no estaba lista. Nunca me habían gustado los compromisos, por la misma razón que comprometen a las personas y las hacen sentir atadas a destinos inciertos. La palabra ‘’compromiso’’ denotaba su complejidad al máximo y me abrumaba su definición. Sentía que me faltaba el aire, y que la respiración se me cortaba. Me di cuenta que el vapor se había hecho denso, y había sido compactado en la pequeña habitación. No lograba ver ni a la más pequeña distancia. Tome aire, inflando las mejillas y me sumergí en el agua caliente. Abrí los ojos y no logre distinguir nada más que el techo blanco y las rendijas por donde se escapaba lentamente el vapor. Mi mente se inundaba de pensamientos más y más. Ya no lo soportaba. Era demasiado complicado. Abrí mis fosas nasales y sentí como mis pulmones se inundaban de agua. Un ardor peculiar comenzó a inundar mis tabiques y mi garganta. Abrí mi boca para pedir auxilio pero caí en la cuenta de que estaba sola… manotee por todos lados provocando que el agua saliera disparada por doquier y me tome con fuerza de los bordes de la tina. Saque la cabeza a la superficie y comencé a toser frenéticamente, devolviendo el agua que ya yacía en mis pulmones y en mi garganta. Tome una toalla, me envolví en ella y salí en puntillas a la habitación principal. Tome mi teléfono móvil y busque entre mis contactos a mi prometido. Del otro lado de la bocina Chris atendió con un tono de voz que le llenaba de angustia.
-Jenny mi amor, ¿estás bien?... oye lo siento, sé que no debí reaccionar de esa manera y sé que estos últimos días he estado fuera de mis casillas pero nena te prometo que…
-Chris, tenemos que hablar.
No comments:
Post a Comment